DESDE EL INFIERNO: LA CARTA

 

El hecho de que después de casi 133 años, el caso de Jack el destripador nohaya sido resuelto, implica la enorme dificultad del caso, pero también habla del misticismo y la leyenda que ha ido creciendo alrededor del mismo. Por ello, obviando las teorías de la conspiración a las que se presta la serie de crímenes, lo más práctico será ceñirnos al análisis del manuscrito más representativo.

No se nos pasa por alto que fueron muchas las cartas firmadas por “Jack the ripper”,nombre que con ánimo sensacionalista utilizó la prensa para ilustrar la cadena de sucesos ante la opinión pública; por tanto es fácil deducir que estas fueron escritas con ánimo de llamar la atención y asustar. Por ello, son muchos los que tendemos a pensar que la que tiene visos de ser auténtica es aquella que no va firmada.

Independientemente de que la carta haya podido ser escrita realmente por el asesino, y en caso de ser así, que se trate de una autofalsificación; es necesario decir que hay pocos manuscritos tan reveladores en cuanto a la personalidad de su autor.

Aunque es cierto que al autor de una carta con un contenido semejante no se le puede pedir cierto grado de moralidad, en este personaje en concreto no se atisba un mínimo de humanidad, por tanto, sus actos no están causados por resentimiento o rencor -que también forman parte del abanico de sentimientos humanos-. De hecho, podemos dilucidar claramente que sus actos seven motivados por el enseñamiento.

Si fuera demostrable como da a entender el autor -que el texto hubiera sido manuscrito inmediatamente posterior a haberse comido un riñón de su última víctima, habría quien asociara su -escritura al estado de exaltación del momento, pero yo tiendo a pensar que esa forma deser no es el reflejo de un determinado momento, sino de toda una vida.

De hecho, aunque se trate de una persona inteligente,c apaz de desafiar a las autoridades mediante manuscritos, se aprecia que actúa sin mayor objetivo que saciar sus instintos violentos, casi de manera compulsiva. Por tanto, se trataría de una figura alejada del arquetipo del asesino frio y calculador.

No cabe duda que el hecho de que sus crímenes aparezcan en la portada de los periódicos, es algo que le debió de satisfacer, pues además de alimentar su enorme ego, daba rienda suelta su gusto por la violencia, aunque también esto refleja una personalidad controladora e inflexible.

En definitiva, sus instintos incontrolables tendentes al sadismo y al sexo, son aspectos que además de nublarle la mente, para él van asociados al gusto por someter a los demás.

Por otro lado, el aspecto de su escritura y sus expresiones, no pueden ocultar su capacidad observadora y precisión a la hora de obrar.